A mi Ciudad Nativa!
(LUIS CARLOS LOPEZ)
Noble rincón de mis abuelos: nada
como evocar, cruzando callejuelas,
los tiempos de la cruz y de la espada,
del ahumado candil y las pajuelas...
Pues ya pasó, ciudad amurallada,
tu edad de folletín... Las carabelas
se fueron para siempre de tu rada...
-¡Ya no viene el aceite en botijuelas!
Fuiste heroica en los años coloniales,
cuando tus hijos, águilas caudales,
no eran una caterva de vencejos.
Mas hoy, plena de rancio desaliño,
bien puedes inspirar ese cariño
que uno les tiene a sus zapatos viejos...
Es un poema el cual vemos expresado el sentido de pertenecia que tiene el autor frente a su ciudad, ademas de recordar su ciudad vemos que la admira y aun resalta lo que mas le impacta e el; aun recordar de manera significativa a su ciudad, lo hace con melancolia pero con orgullo dde ser procedente de ella.
Biografia del Autor: luis carlos lópez
Cartagena de Indias, 1883-1950) Poeta colombiano. Llamado popularmente el
Tuerto López, a causa de su estrabismo, su obra se sitúa en la órbita del
posmodernismo.
Estudió en el Colegio La Esperanza y en la Universidad de
Cartagena, donde tuvo que abandonar sus estudios de medicina cuando fue preso
durante la guerra de los Mil Días. Simultáneamente recibió cursos de dibujo y
pintura en la Escuela de Bellas Artes. Desde 1901 dirigió la revista literaria
Juventud, y luego, en compañía de su hermano José Guillermo, fundó el
diario La Unión Comercial; colaboró además en las revistas literarias
Líneas y Rojo y Azul. Su obra periodística se caracteriza por su
claro compromiso político.
Aunque su carrera diplomática fue breve, se desempeñó como Cónsul
de Colombia en Munich (1928) y en Baltimore (1937). Dedicó gran parte de su vida
a administrar un almacén que le dejó su padre. Una enfermedad circulatoria le
llevó a la tumba, en su natal Cartagena, la ciudad de su caricaturesca poesía.
La inclinación escéptica de López le permitió confeccionar una
obra irreverente, a veces anticlerical, siempre realista y sonora, poblada de un
alegre grotesco, lleno de ironías, retratos psicológicos y paisajes que muestran
el provincianismo colombiano de su tiempo. Su humor posmodernista remite, en
parte, a José Asunción Silva. Las influencias que
conforman su lírica abarcan desde los clásicos grecolatinos a Voltaire,
Nietzsche y Shopenhauer, pasando por los poetas orientales.
Con un lenguaje travieso y burlesco desde su misma rítmica, su
poesía excluye todo idealismo romántico y se ocupa en cambio de lo
intrascendente y lo monótono, de la pacatería y del destino cursi,
protagonistas, al fin y al cabo, de la vida cotidiana, aceptando y a la vez
escamoteando lo trivial. Con su gracia, entre divertida y demoledora, el poeta
disuelve lo pomposo y trascendente, ya como estilo, ya como actitud. La
introducción de registros carnavalescos (la fiesta, el juego, la burla) muestra
una escritura que prefiere el malabarismo de tinte malicioso y la
desacralización como maniobra del lenguaje.
Tomado de :http://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lopez_luis_carlos.htm.

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